Durante el mes de abril 2020, ante la pandemia del Coronavirus, el proyecto Comunidades Activas por los Derechos Ecológicos, las niñas, niños y adolescentes, incorporan un proceso de adoptar y adaptar nuevas formas de protección a nivel individual y colectivo para sobrevivir al Coronavirus.

Las y los ecologistas infantiles de cada barrio, se han reunido teniendo en cuenta las medidas del lavado de manos y el distanciamiento para expresar sus emociones, miedos, dudas y conocimientos de este nuevo virus, como parte de la gestión en su salud mental. Porque más allá de los terribles efectos sobre nuestra salud, la epidemia del coronavirus nos trae consecuencias psicológicas y sociales.

Pocas veces la niñez y adolescencia es escuchada, y enfrentan diferentes situaciones desde su familia, la escuela y su barrio no sintiéndose involucrados en la solución de los problemas.

A través de estas de ejercicios vivenciales las niñas y niños ecologistas expresaron que les ha afectado en sus clases, por la poca presencia de sus compañeros a las escuela por el temor al coronavirus, y tienen miedo de perder su año escolar si no llegan, algunos padres han perdido el empleo porque han cerrado los negocios, sus abuelos no pueden ir a la iglesia, no pueden salir a jugar con sus amigos, ni abrazarlos.

Pero más allá de la vulnerabilidad de sus derechos, reflexionan que en Nicaragua el sistema de salud no daría abasto para muchos enfermos, algunos barrios no tienen agua potable, por lo general solo trabaja su mamá quien sale a la calle y algunas personas no toman en serio la pandemia.

Desde su protagonismo las y los ecologistas infantiles son parte esencial en llevar el mensaje para que desde el entorno que se desenvuelven sean motivadores en la puesta en práctica de las medidas de prevención como una de las mejores herramientas en beneficio de la sociedad.

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