Autora: Ana Herrera

Con la crisis socio-política del país, la pandemia del covid19 y los huracanes la situación económica en los hogares de los nicaragüenses ha sido más difícil de enfrentar y ha puesto en mayor riesgo la salud física y mental de las familias más vulnerables.

La búsqueda de alimento y techo han sido las prioridades de las personas afectadas, y es que les ha tocado con lo poco emprender, salir fuera del país o mandar a sus hijos a trabajar para resolver un poco la situación económica.

Ante esta situación, se ha dejado sin prioridad el cuido y conservación de los suelos que nos provee el alimento, pensar en la nutrición y salud de las familias en especial la de las niñas, niños y adolescentes y sobre todo la colaboración de todos los y las miembros del hogar para aportar a mejorar sus condiciones de vida.

Proyecto Comunidades Activas

Desde el proyecto Comunidades Activas por los derechos ecológicos financiado por TDH Alemania, ejecutado por la Asociación Infantil Tuktan Sirpi en Jinotega-Nicaragua motivó a las familias a establecer su huerto familiar o comunitario desde la integración de las niñas, niños y adolescentes y su familia.

Actualmente hay establecidos 28 huertos familiares y 1 comunitario “Con pocos recursos materiales, cuidado, esmero y algo de conocimientos pueden abastecerse durante el año de vegetales y condimentos que mejoran la dieta en su hogar.

Los cultivos cosechados durante estos 3 meses han sido; tomates, chiltomas, pepinos, pipián, ayote, cebolla, papaya, lechuga y plantas medicinales, a pesar de las fuertes lluvias lograron cosechar estas hortalizas 100% orgánicos, sanas y saludables.

Productos orgánicos

Los huertos familiares son raíces tradicionales, además de su importancia para producir alimentos saludables, aportan el enfoque de la soberanía alimentaria donde las personas pueden tener más autonomía, en qué consumir, que cantidad adquirir y una producción ambientalmente responsable.

Esta práctica en el proyecto, para las niñas, niños y adolescentes y su familia ha sido un aprendizaje no solo técnico, sino en la toma de conciencia en la relación con el medio ambiente y el ejercicio al derecho a una alimentación sana.

Destinar un espacio en el patio ha sido significativo para las mujeres, hombres, niños y niñas ya que han visto los frutos de su proyecto familiar.

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