El equipo de investigación del Instituto de Defensa Legal IDL del Perú, difundió en julio audios donde se escucha al Juez César Hinostroza Pariachi, titular de la Segunda Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema, preguntar “¿Pero está desflorada? (…) Ya… ¿pero quién ha hecho eso? (…) ¿Qué es lo que quieren, que le baje la pena o que lo declaren inocente?”, se escucha decir a Hinostroza sobre un caso de abuso sexual a una niña de 13 años.
Estos audios rebelaron el grado de corrupción que han llegado el sistema judicial en el país, fue la gota que colmó el vaso, de hastío, de asco, de indignación.
En el Perú, entre enero y setiembre del 2017 se reportaron 4 mil 71 casos de violación sexual contra menores de edad. Según, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Del universo total de agresiones sexuales a menores, que incluye a varones, al menos 356 casos correspondieron a víctimas que no pasaban de cinco años. Muchos de estos casos no tuvieron la justicia debida.*
Los audios pusieron rostro y voz a aquello que en el Perú es sabido: La Justicia es para aquellos que pueden pagar, para los demás no existe. Y en esos “demás” se encuentran millones de niños, niñas y adolescentes que en nuestro país, el tercero en feminicidios a nivel mundial, viven expuestos a todo tipo de violencias.
Frente a esta situación politica del país, el jueves 19 de julio, las niñas, niños y adolescentes del Programa de Formación en Artes Comunitarias y Buen Vivir de Arena y Esteras salieron a las calles a “Limpiar la Corrupción”, en una gran Marcha que convocó a millares de personas en las principales calles de Lima.
Una imagen moviliza energías, remueve conciencias, genera empatía. Así el teatro nos permitió mostrar a la niña ultrajada, a un poder judicial manchado que impide alcanzar justicia a los niños, niñas y adolescentes vulnerados, a los jueces que botan dinero de gruesos maletines y piden complicidad a los transeúntes…
Sandra de 15 años, quien participó del pasacalle nos dice: “Yo me siento como la niña que se habla en la noticia, y me siento triste que haya gente que no le importemos nosotras las niñas y prefieran la plata… por eso he marchado y me sentí feliz de gritar con fuerza y con mis tambores “que se vayan todos”!!!