Estoy convencido que el Perú, tiene una enorme capacidad para la solución de los problemas, políticos, sociales, medio ambientales y económicos, más allá de las crisis que hemos atravesado en la historia, presento tres ejemplos de lo señalado. El primer ejemplo fue durante la conquista del Perú en el siglo XVI, y dos ejemplos recientes que acontecieron en la república en el actual siglo XXI.
La conquista española liderada por Francisco Pizarro en el Perú, no fue tan cruenta, como la conquista de México por Hernán Cortes, cientos de miles de aztecas murieron en la defensa del imperio Azteca. En el Perú, algunas naciones originarias vieron una posibilidad errónea de una alianza con los españoles, para salir del sometimiento del imperio incaico, y otros simplemente no entendieron la codicia española, y la aprensión por las cosas materiales, típico pensamiento racionalista y euro centrista. Entonces, estos hombres y mujeres de naciones originarias decidieron apartarse y vivir en las alturas de los andes con la finalidad de preservar sus costumbres, pensamiento, filosofía y sobre todo su espiritualidad, esa relación maravillosa entre el Pachacamac y la Pachamama.
El objetivo de los españoles era claro, el oro, no importaba el costo de vidas humanas. El sagrado templo del Coricancha, conocido como el templo dorado en el Cusco, tenía oro en abundancia, para la cosmovisión andina este metal sólo servía para adornar a sus Deidades. La captura de Atahualpa significó, no sólo la colonización material de la Cultura de los incas, sino, la colonización del pensamiento. Que a mi entender representa la peor forma de conquista de un ser humano sobre otro. Sin embargo, la filosofía andina durante la conquista y la república fue sabiamente preservada y sobrevivió.
A principios del siglo XXI, exactamente, el 14 de noviembre del año 2000, Alberto Fujimori entonces, presidente de la República, renunció a su cargo a través de un fax desde el extranjero. Eran tiempos complicados en la política peruana por los hechos que acontecieron en esa coyuntura, que hubiesen podido desencadenar una guerra fratricida entre los peruanos. Sin embargo, un congresista de Acción Popular, con una minoría parlamentaria, y de origen cusqueño Valentín Paniagua, fue elegido presidente de todos los peruanos, y se inició una época de transición democrática que terminó con la elección de Alejandro Toledo, un falso Pachacútec.
Fuente: Otra vez Andres
Recientemente, el presidente Pedro Pablo Kuczynski renunció al cargo de la primera magistratura, sin mea culpa, agobiado por la crisis política acontecida en los últimos meses, la guerra fratricida de los hermanos Fujimori, los videos publicados por el congresista Mamani, entre otros temas. Y asumió el cargo de la primera magistratura el primer vicepresidente de la república Martín Vizcarra, un hombre de origen de una región del sur del Perú, Moquegua. Curiosamente, el día de la renuncia Kuczynski, la Bolsa de Valores de Lima, subió y el dólar americano no se disparó. Nuevamente, se presentó, por lo menos a la fecha de redacción de este artículo, un cambio pacífico en tiempos de una seria crisis política.
En las últimas décadas, la política no impacta en la economía del país, al parecer ésta, tiene un camino distinto de la economía, hecho que resulta eufemístico para un país. Hoy, el orgullo nacional apunta a la participación de la selección peruana de fútbol en el próximo mundial de junio en Rusia.
Frente al desencanto con la actual “clase política” puede surgir la oportunidad para repensar ciertos temas en el país, como el equilibrio necesario que debe plantearse entre lo humano y la naturaleza. Ya surgió, una corriente jurídica, a nivel nacional e internacional que viene cuestionando el antropocentrismo, que sólo reconoce al ser humano como sujeto de derecho. Y plantea el reconocimiento de entidades que históricamente no eran consideradas como sujetos de derecho, como: los animales, los ríos, entre otros. Un antecedente de suma importancia es la sentencia expedida por el Tribunal Constitucional de Colombia que reconoce al Rio Atrato como sujeto de derecho. La Corte señala un párrafo de suma importancia:
“De acuerdo con esta interpretación, la especie humana es sólo un evento más dentro de una larga cadena evolutiva que ha perdurado por miles de millones de años y, por tanto, de ninguna manera es la dueña de las demás especies, de la biodiversidad ni de los recursos naturales, como tampoco del destino del planeta. En consecuencia, esta teoría concibe la naturaleza como un auténtico sujeto de derechos que deben ser reconocidos por los estados y ejercidos bajo la tutela de sus representantes legales, verbigracia, por las comunidades que la habitan o que tienen una especial relación con ella.”
Se abren nuevas puertas en una generación de seres humanos, que todavía no piensa, en la importancia de preservar nuestro planeta para las llamadas nuevas generaciones. Como dice un párrafo de una lectura Aymara, titulada Jiwasanaka: “Nosotros somos nosotros, los mismos antes que después, nosotros somos todos. Todos somos uno mismo, si hago algo en contra de ti, lo hago en contra de mí.”
Sabía definición que significa que nosotros también somos los de ayer, hoy y mañana.
Texto: Jorge Valencia – Cediaf y Plataforma REDINJUV