Desde el 13 de marzo en que se registró el primer caso positivo de COVID-19 en Guatemala, su expansión no se ha detenido, debido a las insuficientes medidas que se han tomado para evitar un contagio mayor. El primer caso registrado en Niñez y Adolescencia fue una Niña de 3 años de edad, que afortundamente se ha recuperado. Para el 29 de abril, se contabilizaban 26 casos positivos en NNAJ de los cuales 9 correspondian a Primera Infancia, 6 a Niñas y Niños de 7 a 12 años y 11 eran Adolescentes; para el 16 de julio (que había sido la última fecha en que desde el Observatorio de Derechos de la Niñez -ODN- de CIPRODENI, habíamos tenido acceso a los datos oficiales), se reportaban 1,825 casos: 768 de Primera Infancia, 456 Niñas y Niños, 601 Adolescentes, y lamentablemente, 9 casos de NNA fallecidos.
Al no tener acceso a datos oficiales, hasta el día 06 de agosto, se observa un incremento 931 nuevos casos, totalizando 2,576, de los cuales: 1,154 corresponden a Primera Infancia, 699 son Niñas y Niños, 903 Adolescentes. A la fecha se contabilizan 24 fallecimientos en total, de los cuales 17 corresponden a Primera Infancia, 1 a Niñez y 6 Adolescentes.
Desde un inicio hemos señalado el impacto del COVID en la vida de las Niñas, Niños y Adolescentes, prinicipalmente en la Primera Infancia, dadas las altas tasas de desnutrición crónica y desnutrición que afectan a todo el país. 1 de cada 2 Niñas y Niños, menores de 6 años, sufren desntrución crónica, aproximadamente 2.5 millones en total. Por su parte, el actual gobierno ha reconocido 17,000 nuevos casos de desnutrición aguda sólo en este año.
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Desde CIPRODENI hemos recomendado que para la atención en emergencia, Guatemala debe implementar Entornos Protectores de Niñez y Adolescencia: i) salud; ii) seguridad alimentaria y nutricional, iii) protección; iv) educación; v) participación – información. En salud, las recomendaciones han sido: a) equipar de mejor manera a médicos, enfermeras, paramédicos, bomberos y todo el personal de salud que atienden a pacientes positivos de COVID-19; b) mejorar y/o implementar áreas pediátricas en los hospitales permanentes y temporales dedicados a atender la emergencia; c) aplicar pruebas masivas a NNA para confirmar/descartar casos positivos; d) formular e implementar un programa nacional de Atención Psicosocial para Abordar traumas provocados por el prolongado período de confinamiento.
En materia de seguridad alimentaria y nutricional, recomendamos implementar huertos familiares y comunitarios que contribuyan a enfrentar la hambruna que está provocando la enfermedad; en materia de protección, identificamos 10 categorías de Niñez y Adolescencia a garantizar sus derechos en el contexto de emergencia, dándoles priorizadad: a) Niñas y Adolescentes mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y maltrato, b) Niñas y Adolescentes mujeres víctimas de abuso y violencia sexual; c) NNA institucionalizados y d) NNA Migranres Retornados.