En las últimas semanas se han presentado varios hechos que han generado profundo dolor en decenas de familias y han profundizado la tristeza en millares de colombianos.

El fantasma de las masacres que, durante los años 80s y 90s marcaron el desarrollo del conflicto armado y la guerra de narcotraficantes, ha vuelto a hacer presencia y, en forma sistemática, en lugares diversos como los departamentos de Arauca, Nariño, Cauca, Valle y Antioquia.

Mas allá de las cifras, está en juego la superación de una guerra que, luego de la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno y las guerrillas de las FARC en el año 2016, genero múltiples esperanzas y expectativas nacional e internacionalmente.   

La implementación del acuerdo de paz ha tenido múltiples dificultades producto de incumplimientos que no han permitido recuperar la institucionalidad del Estado Colombiano. Ya sea por acción u omisión de los implicados, se han reposicionado diversos actores armados en los territorios, que solo disfrutaron unos pocos meses tranquilidad y esperanza.

Múltiples actores ilegales, e incluso el mismo Estado Colombiano, han emprendido acciones violatorias de todo principio del Derecho Internacional Humanitario y de las leyes consagradas en nuestra constitución.

 Terror

Las masacres son asesinatos ejecutados con premeditación, y el perfil de las victimas ronda las edades entre los 12 y 26 años en condición de indefensión.  La cronología elaborada por la Red Internacional de Etnografía CON Niñas, Niños y Jóvenes, muestra grave afectación a la vida y seguridad:

  • El asesinato de 18 niños, niñas y jóvenes en la acción militar denominada Atai, realizada entre el 29 y el 30 de agosto de 2019 en el municipio de San Vicente del Caguán en Caquetá. Durante el ataque militar a un campamento de disidentes de las FARC, fueron asesinados niños, niñas y jóvenes entre 12 y 17 años que habían sido reclutados forzosamente.
  • El secuestro, desde el 8 hasta el 13 de septiembre del 2018, y la violación de una niña de 15 años de la etnia Nukak Makú dentro del Batallón de Infantería n.º 19 General Joaquín París por parte de miembros las Fuerzas Armadas, en el departamento del Guaviare.
  • La violación de una niña indígena de la comunidad Embera Chamí de 13 años por parte de 7 militares del Batallón San Mateo. La niña salió de su casa en Santa Cecilia de Pueblo Rico, en Risaralda, a las cinco de la tarde del 28 junio de 2020.
  • El asesinato de dos estudiantes, Cristián Caicedo y Maicol Ibarra, de 12 y 17 años, por miembros de las Autodefensas Gaitanistas, cuando llevaban su tarea al colegio en Leiva, Nariño el 8 de agosto de 2020.
  • La masacre de 5 jóvenes entre 14 y 15 años en Cali el 11 de agosto de 2020. Los jóvenes asesinados eran pertenecientes a la comunidad afro. Los jóvenes fueron torturados y asesinados, todavía no se conocen los móviles de este crimen.
  • La masacre de 9 jóvenes entre 17 y 25 años en Samaniego, Nariño, el 15 de agosto de 2020 por parte de grupos armados ilegales, así como el asesinato de otra joven de 26 años, el mismo día, en el mismo municipio.
  • Sumado a lo anterior y en el marco del asesinato de líderes sociales, durante el 2020, han muerto niños, niñas y jóvenes familiares de líderes sociales asesinados.
  • En la noche del domingo 23 de agosto, se reportó el asesinato de tres jóvenes en el municipio de Venecia, Antioquia, en hechos que están aún por esclarecer.

Esta escalada de violencia hacia la población infantil y juvenil de Colombia ha generado la indignación y el rechazo generalizado de diversos sectores sociales a nivel nacional, por las redes aliadas como la Coalición contra la Vinculación de Niños, Niñas y Jóvenes al Conflicto Armado en Colombia, la Plataforma por el protagonismo de Niñas y Niños, La Alianza por la Niñez y; a nivel internacional  con el pronunciamiento del equipo de las Naciones Unidas en Colombia y la Misión de Verificación del acuerdo de paz,  quienes expresaron en un comunicado conjunto su enérgica condena.

Más de 43 Masacres, más de 150 líderes sociales asesinados son las cifras que cuesta registrar.

La horrible noche que se recuerda al entonar el himno nacional, no Cesa, y aún se esperan respuestas coherentes y efectivas por parte del Estado Colombiano.

Frente a ello, se está convocando a la movilización social “#ApagaLaLuzYEnciendeUnaVela” por la niñez y la juventud en Colombia, como una forma de expresar, de manera simbólica, el duelo y la protesta de la ciudadanía frente a los múltiples hechos de violencia en contra de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en Colombia, cuyas más recientes manifestaciones han sido los diversos homicidios y masacres llevadas a cabo contra ellos y ellas. La movilización se llevará a cabo, desde cada hogar y en el entorno digital, el próximo jueves 27 de agosto de 2020 de 8:30 a 9:30 pm. Invitamos a todas las personas, redes, familias, organizaciones, empresas, y en general a toda la sociedad civil para que se una a esta exigencia al Estado Colombiano de garantizar el derecho a la vida de todos los niños, niñas y jóvenes de país.

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