En el marco del proyecto de emergencia “Atención en la emergencia por la Pandemia COVID -19 a las familias de El Agustino/San Luis en Lima e Iquitos/Nauta en Loreto” se entregaron alimentos a 45 familias en situación de pobreza, y extrema pobreza, a fin de mitigar las consecuencias colaterales de la cuarentena establecida por el gobierno peruano.
Las familias participantes provienen de uno de los cerros más pobres de Lima, el Cerro 7 de Octubre (se encuentra a 15 minutos del centro de Lima), en donde la gran mayoría de familias trabajan en el comercio informal y viven de lo que venden diariamente. Estas familias realizaban sus ventas diarias en los alrededores del mercado mayorista de frutas, el terminal de buses interprovinciales, y en los mercados ambulatorios de la zona.
Al no contar con ingresos diarios las familias se ven en la disyuntiva de cuidar su salud o dejar de alimentarse poniéndose en situación de mucha vulnerabilidad. Algunas familias viven en condición de hacinamiento, o en viviendas poco salubres a las que solo llegan a dormir, pues tanto los niños y las niñas como sus padres, pasan gran parte del tiempo entre la escuela y el trabajo en venta ambulatoria.
En varios casos son madres solteras con sus hijas e hijos, o son parte de una familia extensa, que incluye a abuelos. Las relaciones familiares no han sido las más optimas; antes de la cuarentena se presentaron varios casos de violencia física contra algunos niños y niñas y a sus madres. Se han reportado también casos de abuso sexual por parte de familiares cercanos que fueron denunciados y que por la lentitud de la justicia los agresores no fueron retirados de los hogares. La colaboradora del MANTHOC, responsable de la zona, se encuentra en constante comunicación con los niños y niñas y sus cuidadores cercanos, para denunciar los casos de violencia si se diera durante la cuarentena.
Estas familias lograron organizarse para comprar los alimentos y hacer la distribución de manera organizada y teniendo en cuentas las medidas de seguridad para evitar el contagio. A pesar de todas las dificultades los Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores y sus familias tienen la esperanza que esta terrible situación pase lo más pronto posible.