Las niñas, adolescentes y jóvenes mujeres en Nicaragua y Centroamérica desean educarse, incorporarse al trabajo formal, ayudar a su familia y tomar buenas decisiones sobre su sexualidad y embarazarse. Desean tiempo para recrearse, pintar, bailar, hacer teatro, escribir y contar cuentos. Eso nos lo dicen continuamente en las escuelas y proyectos que terre des hommes apoya. Cuando estas oportunidades existen, ellas brillan con sus sonrisas y creatividad, llegan a ser mejores estudiantes, comunicadoras y líderesas, conversan entre ellas y sus pares hombres y presentan problemas y soluciones a las autoridades comunitarias o del Gobierno.

Estos sueños y posibilidades, se ven obstaculizados por la violencia y discriminación cotidiana. Se les considera inferiores por su edad y especialmente por ser mujeres, de ellas se espera trabajo doméstico, servicio y su cuerpo es visto como objeto sexual. Al año según datos oficiales 1640 partos de niñas menores de 14 años y 8 de cada 10 mujeres adultas sobrevivientes de violación fue atacada antes de los 14 años. En su mayoría por hombres miembros de su familia o en quien confiaban, de ellos 9 quedará libre si es judicializado. El silencio es la estrategia frente a las amenazas letales de los agresores y el miedo a perder el poco valor que ya tienen en las comunidades y familia. Y son además forzadas a la maternidad producto de la violación. Esta indefensión la aprenden a través de la naturalización del castigo físico, los insultos y las burlas por ser mujer. Su afectividad es educada para considerar el amor como renuncia, sacrificio y tolerancia a la violencia. Las niñas, adolescentes y jóvenes reportan inseguridad y temor en la calle, la escuela y el transporte público y en su propia casa.

En el conflicto actual caracterizado por la represión y la protesta cívica, las adolescentes y jóvenes son apresadas, judicializadas y una vez más la violencia sexual es utilizadas para someterlas a ellas y humillar a la iniciativa ciudadana. Las chicas se ven obligadas a salir de sus casas, comunidades, transitar caminos llenos de inseguridad y con el miedo a ser violentadas de toda forma. Son válidos e importantes los esfuerzos del mundo con el objetivo 5 de desarrollo sostenible y el compromiso de tdh Alemania, en empoderar a las niñas, escuchar sus voces, hacer que ellas se unan sin etnia, raza, edad, clase, religión que las separe, que piensen en soluciones y que sus pares niños, adolescentes y hombres asuman su responsabilidad en cuestionar, cambiar su comportamiento y valoración sobre las mujeres, En Nicaragua las mujeres de toda edad quieren sentirse vivas, seguras y en desarrollo. Por eso protestan y se expresan cada día.

 

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