El pasado mes de Junio en conmemoración con el Día Mundial de los Refugiados, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), hicieron énfasis en la situación de las personas desplazadas forzadamente de El Salvador, Honduras y Guatemala, éstos tres países conocidos como el Triángulo Norte de América Central, como el principal desafío de la región.

De acuerdo con el ACNUR, se estima que alrededor de 182,400 personas refugiadas huyeron de la región norte de Centroamérica en el año 2016, un gran número que ha aumentado desde los últimos cinco años. Dentro de este número de personas, existe un alarmante número de niños y jóvenes que huyen solos. Tan sólo en México alrededor de 16,000 niños no acompañados fueron detenidos por las autoridades en el 2016, y alrededor del 58 por ciento de estos niños no acompañados llegaron a la frontera de México con Estados Unidos en busca de protección internacional.

La principal razón por la que estos menores huyen está claramente relacionada con el alto grado de violencia en la región. Niños y jóvenes están siendo especialmente el objetivo principal del reclutamiento forzado de las pandillas locales, coloquialmente conocidas como “maras”. El reclutamiento forzado para unirse a las “maras” los pone en una situación especialmente vulnerable, ya que, estas organizaciones del crimen organizado utilizan medios violentos de intimidación, como amenazas personales o a sus miembros familiares, extorsiones y violencia física y psicológica en general, dejando no otra alternativa a estos niños y jóvenes mas que huir en busca de lugares más seguros, muchas veces por su propia cuenta.

En el marco de la Campaña Destino Desconocido de la Federación Internacional de tdh, terre des hommes Schweiz y terre des hommes Alemania están colaborando con sus copartes locales en Centroamérica para responder a esta situación mediante la promoción de estrategias locales que apoyen a los niños y niñas en movimiento en estos países.

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A lo largo de la investigación sobre el tema, se ha detectado que la mayoría de los niños y adolescentes que huyen para buscar seguridad en otros lugares, además de la situación local de sus países de origen, se enfrentan a rutas desafiantes y peligrosas, que ponen en riesgo su propia vida e integridad.

Además cabe destacar que a lo largo de estas rutas migratorias, los estados están fallando en la protección de sus derechos. La falta de acceso a los servicios públicos y la protección jurídica son tan sólo algunos de los retos más importantes. La estigmatización y la discriminación, son también fuertes factores que afectan a éstos niños y jóvenes porque los Estados no reconocen su condición como refugiados.

Conforme al reciente Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo y la Conferencia Mundial sobre la Infancia en Movimiento, no cabe duda que es urgente concentrar los esfuerzos mundiales para defender los derechos de los niños en movimiento. La región de América Central, es sin duda, una región que necesita más esfuerzos concentrados.

Post elaborado por terre des hommes Schweiz y publicado originalmente en la página web de la Campaña Destino Incerto (ingles)

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