Entrevista con Anny N. Roa Pabón, miembro de la Fundación CECUCOL (centro cultural comunitario las colinas) Cali, Colombia. En relación con las jornadas de protesta en el país y los hechos de violencia que se han presentado en el marco de estas manifestaciones en 2021.
¿Desde tu perspectiva – cómo está la situación para las y los jóvenes que salen a protestar?
El 5 de mayo Cali cumple 8 días de resistencia y movilización marcados por una fuerte represión por parte del estado en cabeza de la policía, el SMAD (escuadrón móvil antidisturbios) el GOES (Grupos Operativos Especiales de Seguridad) y el ejercicito nacional a quienes no les tiembla la mano para disparar y reprimir al pueblo, un pueblo cansado y empobrecido, un pueblo indignado, un pueblo que ya no calla, y las voces que más se escuchan son las voces de los y las jóvenes.
Hoy en nuestra ciudad y en nuestro país son las juventudes las que damos el aguante en las calles a riesgo de nuestras vidas y seguridad, pero aun con esto los puntos de bloqueo en las calles se mantienen y las movilizaciones continúan. Pero también vivimos la zozobra que genera la bota militar en nuestra ciudad, sentimos que el alcalde Jorge Iván Ospina dejó a nuestras comunidades a merced de la mano armada del Gobierno (Ivan Duque, Alvaro Uribe Velez y el general Zapateiro); hoy las calles son un territorio de lucha por los derechos, contra la desigualdad social y contra un mal gobierno, pero también son un territorio donde se asesina, se agrede, mutila, desaparece, persigue, judicializa y amenaza a las juventudes, estamos en una situación de incertidumbre generalizada, agudizada por lo que se puede leer como una campaña de terrorismo psicológico y mediático que se mueve desde la redes sociales, el bloqueo a las comunicaciones en los puntos de concentración en la ciudad y sobrevuelos a baja alturas por parte de los helicópteros de las fuerzas armadas por las noches sobre nuestros hogares.
Considerando el nivel de violencia policial se requiere de mucha valentía (y/o de mucha determinación frente a una situación insoportable/desesperante) para salir a marchar – Qué mueve a las personas a salir a las calles?
(¿Hubo un riesgo mayor de violencia etc. para personas afrocolombianas en los escenarios del paro?)
El paro es de todas, de la Cali en resistencia, del Valle del Cauca rebelde, de nuestro suroccidente digno y de una colombianidad que no aguanta más, nuestra generación está cansada, indignada, nadie aguanta tanta pobreza, tanto racismo, tanta exclusión y tanta desigualdad, nos han quitado tanto que ya nos quitaron el miedo, queremos los derechos que nos han sido negados históricamente, fueron negados a nuestros abuelos, a nuestros padres, y hoy a nuestros hermanos, hermanas y nosotros mismos.
La criminalización de las juventudes y de la protesta social se ha recrudecida de forma alarmante durante estos últimos 8 días y son las juventudes de los sectores más populares las que más sufren las consecuencias de esta militarización de nuestras vidas y territorio. Son los sectores empobrecidos y vulnerados quienes sufren más tanto la estigmatización como la posterior represión policial y militar, siendo las juventudes migrantes una de la población más estigmatiza reavivando una doctrina del enemigo externo.
¿Cuáles son sus demandas para el gobierno colombiano y qué le quieren decir a la comunidad internacional?
Desde la ladera de Cali y desde CECUCOL alzamos nuestras voces contra los atropellos de este gobierno contra el pueblo con su reforma tributaria de pobreza y su política de muerte, que se materializa en la falta de trabajo digno, falta de educación, falta de salud y la alta inversión militar por parte del gobierno nacional en medio de la pandemia.
Nos sumamos a la exigencia de que el gobierno local, el departamental y el nacional pongan final a la militarización de nuestros territorios, respeten y defiendan el derecho constitucional a la protesta social, la integridad y la vida de quienes estamos en las calles, esta una realidad invisibilizada por los medios oficiales, el trato de guerra hacia las juventudes, el reconocimiento de las responsabilidades ante las violaciones de derechos humanos cometidos por parte del Estado colombiano.
A la comunidad internacional hacemos un llamado a la solidaridad y al rechazo ante la situación que hoy estamos viviendo, hacemos el llamado a no guardar silencio.
¡Seguiremos luchando por el país que queremos! ¡Seguiremos luchando por la vida!